El tiempo - Tutiempo.net

Terapia genética italiana, que evita trasplantes

Avance trascendental, en estudios de científicos dirigidos por Michela Milani, primera autora del estudio, del Instituto de Terapia Génica San Raffaele-Telethon (SR-TIGET) de Milán.

Actualidad28 de mayo de 2025RedacciónRedacción

Llega desde Italia una nueva terapia genética que permite transferir un gen sano directamente al organismo, y evitar así el trasplante de células estaminales o la quimioterapia: para ello, aprovecha un particular "momento mágico" que ocurre inmediatamente después del nacimiento, una estrecha ventana de tiempo durante la cual las células madre de la sangre son más activas y receptivas al tratamiento.

 El resultado, publicado en la revista Nature, se debe al grupo dirigido por Michela Milani, primera autora del estudio, del Instituto de Terapia Génica San Raffaele-Telethon (SR-TIGET) de Milán.

La innovadora estrategia se aprobó con buenos resultados en ratones y abre nuevas opciones para el tratamiento de algunas enfermedades genéticas de la sangre. 

"Antes del nacimiento, la hematopoyesis, el proceso de formación de las células sanguíneas, ocurre principalmente en el hígado", explicó Michela Milani a ANSA.

"Inmediatamente después del nacimiento, estas células se trasladan del hígado a la médula ósea, donde permanecerán durante el resto de la vida: existe, de esta manera, una ventana en la que las células madre sanguíneas migran espontáneamente", explica la investigadora, "y se encuentran en circulación en cantidades muy elevadas.

Sabemos que esto también se aplica a los seres humanos".

Para transportar genes al interior del organismo, los estudiosos utilizaron vectores lentivirales: derivan de virus de replicación lenta como el HIV y son especialmente eficaces para la terapia genética porque son capaces de integrarse en el genoma del huésped con una cierta eficiencia.

"Los virus se modifican para eliminar toda la información potencialmente dañina y hacerlos incapaces de replicarse activamente una vez que entran en las células", especifica Milani: "En lugar de la información eliminada, insertamos la copia correcta del gen faltante".

Las terapias basadas en estos vectores ya consiguieron importantes éxitos cuando se aplican ex vivo: esto significa que se recogen las células madre de los pacientes, se modifican genéticamente en el laboratorio y luego se trasfunden en el organismo después del tratamiento de quimioterapia. En este caso, los investigadores buscaron un enfoque alternativo que pudiera evitar este procedimiento largo e invasivo. Y así descubrieron la corta ventana temporal en ratones neonatos que permite que los vectores lentivirales se administren directamente al torrente sanguíneo.

"Encontramos la máxima eficacia entre 1 y 2 días después del nacimiento -comenta Milani-. Después, la eficacia tiende a disminuir a medida que el animal crece: en un adulto es prácticamente cero".

Para obviar parcialmente este problema y aumentar aún más el número de células estaminales circulantes, los científicos utlizaron fármacos ya aprobados clínicamente que movilizan las células madre y las obligan a salir 'al exterior': de esta manera, es posible obtener una mayor eficiencia en la transferencia genética y también ampliar la ventana temporal. "A pesar de ello, la eficacia sigue siendo proporcional a la edad", subraya la investigadora del SR-TIGET, "pero esto nos permite ampliar la ventana terapéutica y llegar a la edad de destete del ratón".

"El principal problema de este enfoque es que la eficiencia es mucho menor que la que se puede lograr con las terapias génicas clásicas: allí hablamos de una eficiencia del 100%, mientras que en nuestro caso el máximo que podemos alcanzar está en torno al 10-15%", afirma Michela Milani.

"Sin embargo, este porcentaje incluso tiene valor terapéutico en muchas enfermedades genéticas: por ejemplo, en la anemia de Fanconi (una enfermedad rara caracterizada por insuficiencia de médula ósea, malformaciones congénitas y predisposición al desarrollo de tumores), las células corregidas tienen una ventaja sobre las demás y se expanden con el tiempo, permitiendo gradualmente una corrección total. Además —concluye Milani—, al administrar el vector in vivo, existe la posibilidad de corregir también otros órganos. ANSA

Te puede interesar
Lo más visto

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email