El tiempo - Tutiempo.net

La increíble historia del odio gorila y su cría favorita: el peronismo

El 26 de octubre, con Espert ya expulsado e imputado en la causa por lavado de dinero, el mileísmo tendrá como cabeza de lista a Karen Reichardt y a un atribulado Diego Santilli. Los números de las encuestas son catastróficos.

Politica08 de octubre de 2025 Hugo Asch
558865575_10240042820587639_3612929529151609388_n

Publiqué esta nota durante la crisis con salvataje del FMI en abril, y luego en junio, cuando el odio antiperonista, ciego y torpe hasta lo increíble, metió presa a CFK.

Vuelvo a subirla hoy después del asombroso proceso de autodestrucción del gobierno de Milei, víctima de sus torpezas y corruptelas, acosado por la profunda crisis económica, los audios de Spagnuolo, el hit ‘Karina coimera’ y la metralla de mentiras del candidato Espert para negar sus evidentes vínculos con el narco Fred Machado.

Antes de las elecciones de setiembre en Buenos Aires, con el peronismo en crisis, ensimismado en peleas internas, sin capacidad de movilización y una sociedad resignada que ni siquiera tenía ganas de votar contra un gobierno cruel que la sometía y reprimía, Milei prometía ‘Clavar el último clavo en el cajón del kirchnerismo’ y repetía sus slogans de campaña: ‘Kirchnerismo nunca más’ y ‘La Libertad Arrasa’.

Perdieron por 13 puntos.

El 26 de octubre, con José Luis Espert ya expulsado e imputado en la causa por lavado de dinero de Fred Machado, el mileísmo tendrá como cabeza de lista a Karen Reichardt y a un atribulado Diego Santilli – que se cargará la campaña al hombro acompañado por la inquietante sombra de su ex aportante Cositorto– en el segundo lugar. Los números de las encuestas son catastróficos.

¿Se puede estar peor? Sí. Porque lo más probable es que en las boletas se mantenga la foto con la calva y la sonrisa canchera del muy ridiculizado Profesor Espert. The horror.‘La hi

storia vuelve a repetirse,
mi muñequita dulce y rubia’.

Una vez más el antiperonismo furioso funciona como el mejor alimento del peronismo. En sus peores momentos lo rescata, le da vida y lo justifica.

No falla.

…………………………………………..

Siempre envidié a la gente con fe. La idea de un Dios que todo lo ve es un paraguas formidable para cubrir todas las angustias de la vida, incluida la muerte.

Hay otras formas de fe. Algunos lo llaman fanatismo, pero yo elijo llamarlo fe. Un líder, y el amor incondicional de su pueblo. El problema es que el amor –aún el amor por el dogma– es difícil de manejar. No acepta segundas partes ni herederos. La muerte, real o simbólica, suele destruirlo todo.

Hasta 2008 fui un moderado gorila ‘gauche’. No entendía al peronismo. A lo Kant, el peronismo era mi 'cosa-en-sí'. Lo incognoscible.

Sí entendí el ‘entrismo’ setentista –la clase obrera estaba allí para los cuadros de izquierda de las FAR, por ejemplo– y a tantos dirigentes súbitamente peronizados con ansias de poder. Porque el peronismo aseguraba el poder en Argentina.

¿Qué me molestaba, o más bien me confundía? La idea del movimientismo, que excluye al que no pertenece; o tener bajo la misma carpa a John William Cooke y a gente como Ivanisevich, Julio Yessi, López Rega, el CdeO y la CNU.

Sin embargo era imposible ser indiferente a Perón. Hablaba y seducía. Era fascinante. No toleraba quedarme ahí como un bobo escuchando a ese viejo pícaro que me dibujaba una sonrisa siempre, pero lo hacía. Lo disfrutaba.
Además, ‘me podía’ el amor incondicional de su gente. Era muy impresionante.

Perón fue muchas cosas al mismo tiempo. Fogoneó a las 'formaciones especiales' y después los echó de la plaza. Para un adolescente de 16, 17 años, viviendo un tiempo difícil y violento, esas cosas son incomprensibles.

Hablar hoy es fácil. No se puede explicar la historia sin considerar (sin estar-en) la coyuntura histórica.

Si hablamos de políticas que favorezcan a las clases medias bajas y bajas y puedan ser aplicadas desde el Poder, no creo que exista nada en Argentina que no sea el peronismo.

Que a esta altura ya es un concepto –si quieren un furioso grito de guerra–, o un sentimiento, como se dice en el discurso futbolero. El peronismo es la manera de hacer política que decidió darse la Argentina.

El menemismo pasó, como creo que pasará el kirchnerismo cuando ya no esté Cristina, que espero tenga larga vida.
El peronismo es lo que perdura.

Porque es líquido. Toma la forma de su continente: puede ser largo y finito si se acomoda en un tubo de ensayo, pero es chato y ancho si se coloca en un plato de sopa.

Fue una cosa en los años ‘90 con Menem y Cavallo, y otra en los 12 años K, cuando era Keynes: consumo, producción, industria.

Yo no les creía mucho a los Kirchner. Desconfiaba. Me convenció el conflicto con el campo, tan manipulado por los medios. Era, nomás, una discusión sobre la renta extraordinaria.

Lo que me llevó a votar a los Kirchner desde 2011 fueron –como bien explicó el socialista Jorge Rivas–, sus enemigos.
Mirándolo bien, no es tan difícil.

¿Por qué dura tanto el peronismo? ¿Por qué renace unido cada vez que lo dan por muerto? ¿Por qué sucede también ahora, después de una interna por el poder entre La Cámpora y Kiciloff que parecía irremontable?

Para mí, gracias a una fuerza descomunal y absolutamente homogénea porque solo contiene odio, no ideas.
El Antiperonismo. Así con mayúsculas.

El Antiperonismo, una insólita paradoja, resulta ser el oxígeno histórico del peronismo. Es su alimento. Lo motiva. Le da vida. Le da sentido y poder.

La clase dominante argentina no se conforma con mucho. Quiere todo.

Tienen socios afuera que los alientan, los alinean y los ordenan. Y le dan dinero, porque la deuda siempre es más barata que las antiguas invasiones o sostener regímenes militares.

El Antiperonismo –como todo lo anti, y más hoy– es brutal, infantil. Habla del peronismo como si fuese un partido marxista leninista en situación pre revolucionaria. O una secta diabólica y corrupta.

Hay que ser muy bruto para decir esas cosas. O darle todo lo mismo, que creo que es el caso.

El ‘establishment’, el ‘Círculo Rojo’, o como se lo quiera llamar, debería hacerle una estatua a Perón, que le dio forma a una clase obrera nacionalista, no marxista.

Pero estos tipos quieren todo, no un 50/50 y “que la gente viva y consuma, que vos igual ganás lo tuyo y mucho más”.
Quieren todo, todo, todo, y eso quedó claro desde 2015 y mucho más ahora, con la patética marioneta Milei. Un país para 15, 20 millones, con toda la furia. Sobra más de la mitad.

El odio es la contracara de la fe. Su lado oculto.

El fenómeno político argentino más antiguo y perdurable en estado salvaje es el Antiperonismo.

Ese Antiperonismo furioso que resurgió con una fuerza inaudita en estos tiempos psiquiátricos, sin pudores, con furia animal y un discurso que, si la situación no fuese tan dramática, daría solo para la carcajada fácil.


 
 
 
 

Te puede interesar
Lo más visto
ururugaytelefonicaseva

Telefónica concreta su salida de Uruguay

Redacción
America Latina07 de octubre de 2025

La gigante de telecomunicaciones española Telefónica concretó ayer martes el cierre de sus operaciones en su filial de Uruguay, tras acordar el traspaso a Millicom en mayo, lo que le permite avanzar en su plan de reducir su presencia en América Latina.

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email