
"La decisión ya se tomó. Hamás no liberará más rehenes sin una rendición total. Si no actuamos ahora, los rehenes morirán de hambre", dijo una fuente de la oficina del premier israelí.
La catástrofe humanitaria continua en Gaza a pesar de la ayuda aérea por paracaídas. La presión aumenta para que Israel reabra los cruces terrestres y se permita más ayuda.
Actualidad05 de agosto de 2025Israel responde a la creciente crisis de hambre en Gaza, permitiendo a varios países la entrega de alimentos por paracaídas lanzados en el territorio devastado por la guerra.
El lunes, aviones de Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Egipto, Alemania, Bélgica y Canadá lanzaron 120 paquetes de ayuda, así lo informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El martes, Israel también anunció que reabrirá parcialmente la entrada de bienes para comerciantes locales en Gaza y así reducir la dependencia de la ayuda humanitaria.
A pesar de estas medidas, los palestinos en el terreno y las organizaciones humanitarias afirman que la ayuda es insuficiente y está mal distribuida.
“Lo que se lanza desde el cielo no le llega a nadie, excepto a quienes se pelean unos con otros”, dijo Diaa al-Asaad, un padre desplazado de 50 años con seis hijos en la Ciudad de Gaza, en conversación telefónica con DW, ya que periodistas extranjeros tienen prohibida la entrada a Gaza.
Al-Asaad agregó que algunas zonas donde aterrizan los paracaídas con suministros están ubicadas estratégicamente, pero son difíciles de acceder. Suelen estar cerca o dentro de áreas militarizadas controladas por Israel, conocidas como “zonas rojas”.
“Necesitamos que la ayuda se distribuya de manera justa entre todos los residentes, no de esta forma”, afirmó.
Majed Ziad, residente del campo de refugiados de Nuseirat en Gaza, comparte las mismas preocupaciones: “La solución no es arrojarnos comida desde el aire. La gente necesita acceso normal y humano [a los alimentos], no como animales cazando presas en la jungla”.
La desesperación en Gaza crece ante la escasez de alimentos
Se desarrolla el peor de los casos
La catástrofe humanitaria es cada vez más grave al mismo tiempo que se producen los lanzamientos aéreos. Los 2,2 millones de habitantes de Gaza enfrentan una escasez severa, y dependen en gran medida de la ayuda externa.
La producción local de alimentos ha sido prácticamente destruida y los expertos no han dejado de advertir durante toda la guerra que Gaza está al borde de la hambruna.
La Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria (CIF), respaldada por la ONU, advierte que “el peor de los casos sobre la hambruna se está desarrollando”, al mismo tiempo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló un fuerte aumento en las muertes infantiles relacionadas con la desnutrición el mes pasado.
Israel, que controla la frontera de Gaza, cortó los suministros en marzo para presionar a Hamás, la organización designada como terrorista por muchos países, alegando que el grupo desviaba los suministros para sus combatientes.
Durante esta presión intencionada, Israel reanudó entregas limitadas de ayuda en mayo, pero en los puntos de distribución que manejan la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), apoyada por EE.UU. Sin embargo, cerca de estos puntos de distribución han muerto cientos de personas, presuntamente por fuego israelí.
Ayuda para la población en Gaza es descargada de un avión del ejército alemán (Bundeswehr).Imagen: Sven Käuler/dpa/picture alliance
El primer ministro Benjamin Netanyahu ha culpado repetidamente a Hamás por el saqueo de la ayuda y ha dicho que a Israel lo han “calumniado” al afirmar de que hay hambre en Gaza.
“Nos mienten. Dicen que estamos matando de hambre deliberadamente a los niños palestinos. Eso es una mentira descarada. Desde el inicio de la guerra, hemos permitido la entrada de casi dos millones de toneladas de alimentos”, dijo en un video publicado en X.
Desde que comenzó la guerra en octubre de 2023, las autoridades sanitarias locales dirigidas por Hamás han reportado más de 60.000 muertes, y se teme que muchas más personas estén atrapadas bajo escombros. Las autoridades locales no distinguen entre combatientes y civiles, aunque se dice que la gran mayoría de las víctimas son mujeres y niños palestinos.
Controversias sobre los lanzamientos de ayuda
Los grupos humanitarios consideran los lanzamientos aéreos como último recurso debido a los riesgos que hay en el terreno.
El lunes, se informó que un enfermero en Gaza murió al ser impactado por un paquete de ayuda que aterrizó en la última ronda de lanzamientos aéreos.
El Comisionado General de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados y Refugiadas de Palestina (UNRWA), Philippe Lazzarini, escribió en X que los lanzamientos por paracaídas son más costosos y menos efectivos que las entregas terrestres a través de los cruces.
“Los lanzamientos aéreos son al menos 100 veces más costosos que los camiones. Los camiones transportan el doble de ayuda que los aviones”, escribió.
Durante un viaje reciente a Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, el Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Johann Wadephul, reconoció las limitaciones de los lanzamientos aéreos y pidió a Israel que abra los cruces terrestres para una entrega efectiva de ayuda.
“La ruta terrestre es crucial”, dijo. “Aquí, el gobierno israelí tiene el deber de permitir rápidamente el paso seguro de suficiente ayuda humanitaria y médica, para que se puedan prevenir muertes masivas por hambre.”
Reconoció que más camiones de ayuda estaban entrando a Gaza, pero agregó que “aún es insuficiente”, y pidió un “cambio fundamental” en la política israelí.
Palestinos esperan la llegada de ayuda humanitaria en el corredor de Netzarim.Imagen: AFP/Getty Images
Pausas tácticas y corredores humanitarios
Junto con los lanzamientos aéreos, el ejército israelí anunció pausas tácticas y corredores humanitarios para convoyes de ayuda en tres regiones de Gaza la semana pasada.
Sin embargo, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) informó que la ayuda que entra a Gaza “sigue siendo insuficiente” y que los convoyes enfrentan retrasos y peligros. Por ejemplo, una entrega de combustible tardó recientemente 18 horas en recorrer solo 24 kilómetros.
Muchos palestinos han muerto cerca de los sitios de distribución de GHF o mientras esperaban convoyes de ayuda. Los camiones de ayuda a menudo no llegan a quienes más lo necesitan debido al saqueo, ya sea por residentes desesperados o por comerciantes del mercado negro.
Dalia al-Affifi, madre de dos hijos en la Ciudad de Gaza, dijo que la mayoría de la ayuda nunca llega a la gente común. Los precios de productos básicos, como la harina, se han disparado, alcanzando a veces entre 100 y 120 shekels (entre 25 y 35 euros) por kilogramo, muy por encima del alcance de muchos.
Al-Affifi lamentó que, como mujer, no podría correr más rápido que los jóvenes que intentan obtener comida de uno de los camiones de ayuda, y que tendría demasiado miedo de enviar a un familiar. “Mi hermano está aquí, y no quiero que vaya y se exponga a morir.”
Diaa al-Asaad también lucha por alimentar a sus hijos. La semana pasada, caminó varios kilómetros hacia el área de Zikim, en el norte de Gaza, para esperar el paso de los camiones de la ONU de ayuda humanitaria. "Intenté conseguir harina, pero fue imposible. Logré agarrar solo unas pocas latas de frijoles y garbanzos. Simplemente necesito comida".
Se desarrolla el peor de los casos
La catástrofe humanitaria es cada vez más grave al mismo tiempo que se producen los lanzamientos aéreos. Los 2,2 millones de habitantes de Gaza enfrentan una escasez severa, y dependen en gran medida de la ayuda externa.
La producción local de alimentos ha sido prácticamente destruida y los expertos no han dejado de advertir durante toda la guerra que Gaza está al borde de la hambruna.
La Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria (CIF), respaldada por la ONU, advierte que “el peor de los casos sobre la hambruna se está desarrollando”, al mismo tiempo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló un fuerte aumento en las muertes infantiles relacionadas con la desnutrición el mes pasado.
Israel, que controla la frontera de Gaza, cortó los suministros en marzo para presionar a Hamás, la organización designada como terrorista por muchos países, alegando que el grupo desviaba los suministros para sus combatientes.
Durante esta presión intencionada, Israel reanudó entregas limitadas de ayuda en mayo, pero en los puntos de distribución que manejan la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), apoyada por EE.UU. Sin embargo, cerca de estos puntos de distribución han muerto cientos de personas, presuntamente por fuego israelí.
El primer ministro Benjamin Netanyahu ha culpado repetidamente a Hamás por el saqueo de la ayuda y ha dicho que a Israel lo han “calumniado” al afirmar de que hay hambre en Gaza.
“Nos mienten. Dicen que estamos matando de hambre deliberadamente a los niños palestinos. Eso es una mentira descarada. Desde el inicio de la guerra, hemos permitido la entrada de casi dos millones de toneladas de alimentos”, dijo en un video publicado en X.
Desde que comenzó la guerra en octubre de 2023, las autoridades sanitarias locales dirigidas por Hamás han reportado más de 60.000 muertes, y se teme que muchas más personas estén atrapadas bajo escombros. Las autoridades locales no distinguen entre combatientes y civiles, aunque se dice que la gran mayoría de las víctimas son mujeres y niños palestinos.
Controversias sobre los lanzamientos de ayuda
Los grupos humanitarios consideran los lanzamientos aéreos como último recurso debido a los riesgos que hay en el terreno.
El lunes, se informó que un enfermero en Gaza murió al ser impactado por un paquete de ayuda que aterrizó en la última ronda de lanzamientos aéreos.
El Comisionado General de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados y Refugiadas de Palestina (UNRWA), Philippe Lazzarini, escribió en X que los lanzamientos por paracaídas son más costosos y menos efectivos que las entregas terrestres a través de los cruces.
“Los lanzamientos aéreos son al menos 100 veces más costosos que los camiones. Los camiones transportan el doble de ayuda que los aviones”, escribió.
Durante un viaje reciente a Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, el Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Johann Wadephul, reconoció las limitaciones de los lanzamientos aéreos y pidió a Israel que abra los cruces terrestres para una entrega efectiva de ayuda.
“La ruta terrestre es crucial”, dijo. “Aquí, el gobierno israelí tiene el deber de permitir rápidamente el paso seguro de suficiente ayuda humanitaria y médica, para que se puedan prevenir muertes masivas por hambre.”
Reconoció que más camiones de ayuda estaban entrando a Gaza, pero agregó que “aún es insuficiente”, y pidió un “cambio fundamental” en la política israelí.
Pausas tácticas y corredores humanitarios
Junto con los lanzamientos aéreos, el ejército israelí anunció pausas tácticas y corredores humanitarios para convoyes de ayuda en tres regiones de Gaza la semana pasada.
Sin embargo, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) informó que la ayuda que entra a Gaza “sigue siendo insuficiente” y que los convoyes enfrentan retrasos y peligros. Por ejemplo, una entrega de combustible tardó recientemente 18 horas en recorrer solo 24 kilómetros.
Muchos palestinos han muerto cerca de los sitios de distribución de GHF o mientras esperaban convoyes de ayuda. Los camiones de ayuda a menudo no llegan a quienes más lo necesitan debido al saqueo, ya sea por residentes desesperados o por comerciantes del mercado negro.
Dalia al-Affifi, madre de dos hijos en la Ciudad de Gaza, dijo que la mayoría de la ayuda nunca llega a la gente común. Los precios de productos básicos, como la harina, se han disparado, alcanzando a veces entre 100 y 120 shekels (entre 25 y 35 euros) por kilogramo, muy por encima del alcance de muchos.
Al-Affifi lamentó que, como mujer, no podría correr más rápido que los jóvenes que intentan obtener comida de uno de los camiones de ayuda, y que tendría demasiado miedo de enviar a un familiar. “Mi hermano está aquí, y no quiero que vaya y se exponga a morir.”
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DW
"La decisión ya se tomó. Hamás no liberará más rehenes sin una rendición total. Si no actuamos ahora, los rehenes morirán de hambre", dijo una fuente de la oficina del premier israelí.
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