Una investigación revela las precarias condiciones del trabajo remoto en todo el mundo

Pero estas empresas también han contratado personas para una serie de trabajos remotos en línea, en diferentes partes del mundo, incluido Brasil, para tareas como alimentar bases de datos de inteligencia artificial, crear contenido, apoyar ventas y servicios profesionales, como contabilidad, abogados y arquitectos, que pueden pagarse por proyectos.

El trabajo remoto en plataformas es responsable del principal ingreso de seis de cada diez trabajadores de esta modalidad, lo que supone un compromiso de tiempo y condiciones para las empresas. Sin embargo, se ejerce en condiciones precarias. Las empresas no pagan los servicios, pagan tarde y pagan menos del salario mínimo del lugar de residencia de los prestadores del servicio. Tampoco garantizan apoyo y seguridad, como es el caso de las personas sometidas a categorización de videos violentos o con contenido sexual, no ofrecen protección social y además dificultan la organización de los trabajadores.

Éstas son algunas de las principales conclusiones del Informe Fairwork Cloudwork Ratings 2025 , un proyecto que reúne a una red global de investigadores coordinada por la Universidad de Oxford, en Reino Unido, y el instituto WZB Berlín, en Alemania, difundido este mes, a través de un evento online.

El estudio evaluó 16 de las plataformas de trabajo en la nube más utilizadas y realizó una encuesta que también involucró a alrededor de 750 trabajadores en 100 países. Como resultado, el informe clasifica las plataformas en relación a las condiciones básicas de trabajo y sorprende con las puntuaciones otorgadas. El promedio de estas plataformas fue de 3,5 sobre 10. 

Según la investigación, Amazon Mechanical Turk, Freelancer y Microworkers no obtuvieron puntuaciones y ofrecieron las peores condiciones. Upwork ha llegado a un punto. Fiverr y Remotasks recibieron dos puntos. Las empresas no hicieron comentarios sobre el estudio. 

Según Fairwork, entre las condiciones más preocupantes del trabajo remoto en plataformas está el pago. Uno de cada tres encuestados dijo que había dejado de recibir el pago por un servicio o había recibido el pago en tarjetas de regalo, que luego tuvieron que subastarse en línea para que el dinero llegara a su cuenta corriente. 

“Me gustaría poder recibir mi dinero en mi cuenta bancaria en lugar de tarjetas de regalo”, dijo un turker , como los llaman, de Nigeria, cuando habló con Fairwork. 

Muchas empresas están en el norte global y no pagan directamente a los trabajadores de otras regiones.

El informe internacional señala también que sólo cuatro de las 16 plataformas encuestadas lograron acreditar que los proveedores ganan al menos un salario mínimo, luego de descontar costos como impuestos, pese a que el sector movió alrededor de US$ 557 mil millones en 2024, cifra que se espera crezca a US$ 647 mil millones este año. En Brasil, uno de los mercados de estas plataformas, el salario mínimo es de R$ 1.518. 

“El proyecto Fairwork buscó datos, evidencias e información de que las plataformas están pagando el salario mínimo, pero sólo encontramos [la información] en cuatro de las 16 plataformas”, explicó el coordinador del informe, el investigador brasileño del Oxford Internet Institute, Jonas Valente. 

En dos de estos casos, las plataformas tienen una política que les prohíbe pagar por debajo del salario mínimo local. Otras dos compartieron datos de pago que demuestran que pagaron adecuadamente, dijo Jonas.

Además de pagar poco, las plataformas incluyen cláusulas en sus contratos con descripciones vagas y poco transparentes que perjudican a los trabajadores. 

Según Jonas Valente, el contrato es un tema clave porque establece las reglas del trabajo, aunque no sean comprensibles para todos. 

Cuando analizamos los modelos más clásicos, el contrato estipula lo que cada parte, trabajador y empleador, puede o hará. En el caso de las plataformas, encontramos contratos, pero muchos no son claros. En el caso de los trabajadores dispersos, como en Brasil, por ejemplo, donde muchos no hablan inglés, tendrán dificultades para comprender qué pueden y no pueden hacer, cuáles son las reglas y cómo se les pagará. Esto genera problemas concretos, como la conducta que puede determinar la suspensión o el despido de las plataformas —explicó—.

El informe cita a una trabajadora peruana, licenciada en ciencias sociales, quien por pasar horas frente a pantallas, como le exige la empresa, necesitó operarse de retina. El peruano, sin embargo, no recibió ninguna ayuda y terminó siendo despedido. Ella ganaba entre 10 y 15 dólares por hora y trabajaba turnos de entre 6 y 9 horas, que se extendían hasta la madrugada.

En la evaluación general de los investigadores, como es difícil monitorear el trabajo a distancia, ya que las personas están en casa, repartidas en varios países, y no hay sindicatos ni listas de trabajadores, en general, es necesaria una regulación estricta por parte de los Estados para revertir las condiciones precarias. 

En el informe, Fairwork aboga por una regulación nacional e internacional de este tipo de trabajo, como forma de llegar a los cerca de 400 millones de personas que trabajan en el sector, según una estimación del Banco Mundial.

"Necesitamos urgentemente que los gobiernos y los reguladores intensifiquen sus esfuerzos y exijan responsabilidades a las plataformas, ya sea a través de marcos globales, leyes de diligencia debida o directrices para el trabajo en plataformas", exigió Jonas Valente. 
“Sin acciones, millones de personas permanecerán atrapadas en trabajos digitales inseguros y mal pagados, sin voz, sin derechos y sin protección”, advirtió el investigador. 

En el caso de Brasil, también llama la atención la regulación propuesta en el Proyecto de Ley 12/24 , que debe incluir a todos los trabajadores de plataformas y no sólo a los conductores de transporte privado, como se propuso. 

La necesidad de regular el trabajo remoto en plataformas es una preocupación compartida por el Ministerio Público del Trabajo (MPT). La entidad ha recibido denuncias de incumplimiento de la legislación laboral en el sector y ha creado el Proyecto Plataformas Digitales para darles seguimiento. 

“Es una situación preocupante, es una nueva forma de trabajo que se está expandiendo y el MPT ya reconoce que hay una gran precariedad en Brasil”, reconoció el gestor de la iniciativa, el fiscal Rodrigo Castilho. 
Menciona la violación de la jornada legal de trabajo, la necesidad de adecuar el ambiente laboral, las dificultades para organizar sindicatos y también los bajos salarios, centavos por hora, dado el alto volumen de tareas u horas disponibles para trabajar en las plataformas. 

"Hemos recibido varias quejas que cuestionan la ausencia total y completa de derechos de estos trabajadores", dijo, haciéndose eco de las conclusiones de Fairwork. 

Según Castilho, las plataformas tratan a los trabajadores como colaboradores autónomos, independientes, lo que en la práctica significa negar derechos que los trabajadores en Brasil ya conquistaron, como vacaciones, 13º salario y el derecho al descanso remunerado, previsto para los formalizados, con contrato de trabajo firmado. 

Castilho sostiene que, en ausencia de normas regulatorias para el sector, se debe aplicar la legislación nacional, en el caso de Brasil. 

"Lo que es inaceptable es que a estos trabajadores no se les conceda ningún derecho mientras esperan una regulación". 

En opinión del fiscal, también debería existir un compromiso ético de las propias plataformas con los trabajadores. 

Vivimos en una sociedad capitalista de mercado; estas son las reglas del juego. La cuestión es que las relaciones sociales tienen un componente ético y que no se puede explotar a las personas en sus derechos y su dignidad, trabajando en entornos inseguros e insalubres para que otros obtengan ganancias exorbitantes.
A través del proyecto Fairwork, que se lleva a cabo desde 2023, se ha ofrecido apoyo a las plataformas para adaptarse a los estándares mínimos de trabajo justo y se han realizado 56 mejoras. 

Las acciones van desde la actualización de los contratos hasta la mejora de la resolución de disputas y la transparencia. Sin embargo, los cambios se limitaron a unas pocas empresas.

Este año, Fairwork invitó a las 16 plataformas investigadas a comentar la investigación. Sólo respondieron tres: ComeUp, Scale/Remotasks y Translated. Reconocieron los problemas y dijeron que siguen comprometidos a mejorar las condiciones. Los demás no respondieron. 

Se investigaron Fiverr, SoyFreelancer, Appen, Clickworker, PeoplePerHour, Upwork, Freelancer, Microworkers, Prolific, Terawork, Creative Words y Elharefa, además de Amazon Mechanical Turk.

Agencia Brasil