Milei, Caputo y la joda de los 400 palos

‘Loco Mía’ festejan como desaforados haber zafado del descenso, esta vez sin abanico.

Opinión15 de abril de 2025 Hugo Asch
caputo milei

–Papá, necesito dinero.
–¿Qué?
–Vamos. Solo necesito 1000 francos.
–O sea, que esperas 500, lo que significa que en realidad necesitas 300, así que aquí tienes 100.
(Antoine calla, y mira a Julien con una mezcla de tristeza y hartazgo)
–De acuerdo, 500. Pero tu madre debería pagarlos.
Antonie Doniel –Jean-Pierre Léaud–, un chico rebelde y con muchos problemas en su casa y la escuela, le pide dinero a Julien Doniel –Albert Rémy–, su padrastro, que apenas lo soporta.
De la película ‘Los 400 golpes’ (1959), el deslumbrante y multipremiado debut cinematográfico del gran François Truffaut (1932-1984)

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Durante años no supe por qué Truffaut había titulado así su primera película. Me lo explicó mi colega Jean-Pierre Roberts, también cinéfilo, en un viaje por Kabul, sólo porque el tipo estaba empeñado en mejorar mi horrible francés. Los dos amábamos esa maravillosa película.

La expresión ‘Faire les quatre cents coups’ (‘Hacer los 400 golpes’) podría traducirse como ‘Hacer las mil y una’.

Algo que definía muy bien el estilo de vida del personaje del joven Antoine, y también a los numerosos golpes que la vida le daba, sin piedad.

Lo que no supe nunca es quién impuso la palabra ‘palo’ para llamar a ‘un millón’ de cualquier cosa. Supongo que nació del slang porteño y se adoptó muy rápido en el resto del país.

‘Palo verde’ significa obviamente ‘un millón de dólares’ y es, desde hace años, la unidad clásica del deseo argentino.

La felicidad total, la fiesta y el festejo alocado: “¡Vale 10 palos verdeeees, se llama Maradonaaaa…!” cantaba la hinchada de Boca en 1981, para luego recurrir a la rima obvia contra sus rivales de River.

El equipo económico de Luis Caputo celebró el fracaso de su, digamos, plan económico con alegría sobreactuada para las fotos. No son buenos actores.

Esa euforia tenía ver con los 20.000 palos verdes que les tiraba por la cabeza el FMI por orden de Trump, claro, pero además con otro capítulo de los rentables quioscos multiplicadores de palitos, la especialidad de Caputo, el financista nivel Champions League, como alguna vez lo llamó Marcos Peña, Jefe de Gabinete de Macri.

El festejo desaforado por haberse salvado del descenso sobre la hora también incluía cierta relación poética con

‘Los 400 golpes’ de Truffaut.

Otros 400, claro.

El ‘golpe’ de 400 palos verdes que había salido ‘pipí cucú’ –Monzón dijo eso en lugar de ‘mercí beaucoup’ en París durante un agasajo, después de una pelea– el inolvidable viernes 11 de abril, último día que el Banco Central vendió el dólar oficial a menos de 1.100 pesos, un ratito antes que se anunciara la ‘flotación entre bandas’ por un monto mucho mayor. ¡Little potato for the parrot!

La banda –me refiero a los amigos ciclistas de Caputo que practican el ‘Carry trade’ y multiplican riqueza, tic, a golpe de tecla, no al sistema de flotación– sabía perfectamente que se terminaba el esquema del ‘Crowling peg’ caputiano y salió a comprar como en oferta de fin de temporada.

El entusiasmo, la voracidad, tal vez los traicionó. Siempre se nota, siempre se supo. Pero esta vez fue medio obsceno, digamos.

Los denunciaron.

El abogado se llama Leonardo Martínez Herrero y la denuncia cayó en el Juzgado Federal 4 de la ciudad de Buenos Aires a cargo de Ariel Lijo –el que llegó a la final y la perdió por penales– y la fiscalía de Alejandra Mángano.

Los involucrados son mucho más que dos. Son un equipo de 11 con arquero suplente y todo. A saber:

1. presidente Javier Milei
2. ministro Luis Caputo
3. presidente del Banco Central Santiago Bausili.
Y además:
4. Juan Curutchet
5. Marcelo Ferro
6. Matías Furiase
7. Marcelo Griffi
8. Juan Pedro Inchauspe
9. Silvina Rivarola
10. Baltazar Romero Krause
11. Sebastián Sánchez Sarmiento
12. Wladimir Werning, todos ellos funcionarios del directorio del Banco Central.
Qué jugadores.

Los acusan Todos acusados de cometer los delitos de “malversación de caudales públicos” y “defraudación contra la administración pública”.

¿Cuáles son los fundamentos de la denuncia?

Estos: Para el doctor Martínez Herrero el Banco Central “liquidó reservas en el Mercado Único y Libre de Cambios por un valor de 398.000.000 de dólares a un valor de 1097,50 pesos por unidad con posterioridad al acuerdo alcanzado entre el gobierno argentino y el FMI, cuando se sabía que el directorio del organismo haría el anuncio y se descontaba una devaluación que elevaría su cotización en pocos minutos”. Ahá.

La investigación, por supuesto, también apuntará a saber quiénes, contando con esa información privilegiada, concretaron ese pasamanos tan seguro como rentable.

La frase obvia de se repite como un karma en estos casos es: “Ahora tiene que actuar la justicia”.
¿Actuará? ¿Hará justicia?

Mmm… Ojalá.

En Argentina todo puede pasar, compatriotas. Hasta lo bueno.

Igual es muy bonita la presentación, los argumentos, sentir que alguien por fin reacciona en este Manicomio, la suma de acusaciones y delitos, como avanzan las causas de la estafa $LIBRA aquí y afuera, en fin: las cosas que suceden mientras los ‘Loco Mía’ festejan como desaforados haber zafado del descenso, esta vez sin abanico.

Por Hugo Asch

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