Trabajo y salud en Argentina: cifras alarmantes y una deuda pendiente
Mientras crecen los casos de enfermedades y accidentes laborales, la falta de datos confiables, la alta informalidad profundizan una crisis silenciosa.
Durante 2024, en Argentina se registraron más de 355.000 accidentes laborales y enfermedades profesionales, con un saldo de 231 trabajadores y trabajadoras fallecidos, según datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). Estas cifras reflejan una realidad persistente y poco visibilizada en el país: las enfermedades relacionadas con el trabajo siguen siendo un problema estructural que requiere atención urgente.
Desde 2003, cada 28 de abril se conmemora el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esta jornada, impulsada también por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), busca promover entornos laborales seguros, saludables y dignos, además de rendir homenaje a las víctimas de accidentes y enfermedades profesionales.
A nivel global, la situación también es crítica. Según estimaciones de la OIT (2023), cada año mueren casi 3 millones de personas debido a lesiones o enfermedades vinculadas con el trabajo. Más de 330.000 de esas muertes son causadas por accidentes laborales, mientras que cerca de 2,6 millones corresponden a enfermedades ocupacionales, como dolencias cardiovasculares, cáncer y afecciones respiratorias. Asimismo, se registran anualmente unos 160 millones de casos de enfermedades laborales, con una incidencia significativamente mayor entre los hombres (51,4 por cada 100 mil adultos en edad laboral) en comparación con las mujeres (17,2).
Los sectores más afectados son la agricultura, la construcción, la silvicultura (el cultivo de bosques o montes), la pesca y la industria manufacturera, considerados los más peligrosos por la OIT. En este contexto, el organismo prepara una nueva campaña para 2025 enfocada en cómo las tecnologías emergentes —como la automatización, la realidad aumentada y la gestión algorítmica— están transformando la seguridad y salud en el trabajo (SST). Sin embargo, la brecha con las condiciones reales en muchas regiones en desarrollo, particularmente en América Latina, sigue siendo abismal.
Radiografía de la situación en Argentina
En el país, el subregistro de enfermedades profesionales continúa siendo una de las principales barreras para el abordaje efectivo del problema. Las razones son múltiples: largos períodos de latencia de ciertas enfermedades, una elevada tasa de informalidad laboral (cercana al 40% según la SRT), falta de reconocimiento por parte de aseguradoras, temor a la pérdida del empleo y la persistencia del trabajo infantil.
Aunque desde 2017 existe un Observatorio de Enfermedades y Accidentes Laborales, aún hay escasez de datos. No obstante, en los últimos años se han intensificado los esfuerzos para conformar observatorios internacionales que permitan visibilizar estas problemáticas y generar estadísticas confiables. Argentina participa activamente en estas iniciativas con el objetivo de mejorar la notificación de enfermedades laborales y construir registros fidedignos.
Se espera que este año la sección de Patología Ocupacional y Ambiental de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) lance el Registro Nacional de Silicosis de Argentina, una de las enfermedades laborales más importantes en el país, especialmente en las provincias con fuerte actividad minera (San Juan, San Luis, Jujuy, Catamarca, Salta), así como en sectores como el trabajo en canteras y la fabricación de mármol o aglomerado de cuarzo.
La Silicosis es una enfermedad pulmonar ocupacional crónica e irreversible, causada por la inhalación prolongada de polvo que contiene sílice cristalina libre, un mineral que está presente en materiales como arena, granito, cuarzo y piedra. Cuando el polvo con sílice se deposita en los pulmones, provoca inflamación y cicatrización del tejido pulmonar, lo que reduce progresivamente la capacidad respiratoria.
Por otra parte, el aumento sostenido en las cifras de muertes por accidentes de trabajo en el país también está vinculado a la falta de una legislación nacional específica que habilite la creación de delegados de prevención y comités mixtos de salud y seguridad. Esta ausencia complica la vigilancia, el control y la implementación de medidas preventivas eficaces.
Desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria remarcan que las enfermedades laborales y los accidentes pueden y deben ser evitados. Además, subrayan la importancia de aprender de los casos existentes para implementar mejoras, tanto en las prácticas empresariales como en los hábitos de los trabajadores. La realización de controles médicos y ambientales adecuados, como la medición de partículas respirables en espacios de trabajo, son claves para detectar en forma temprana patologías como la Tuberculosis, Silicosis, Asma y EPOC ocupacional y neumonitis por hipersensibilidad, Fibrosis y Cáncer Ocupacional, que son enfermedades absolutamente prevenibles.
La salud laboral no puede seguir siendo una asignatura pendiente. Garantizar condiciones dignas y seguras para quienes trabajan es una responsabilidad compartida que no admite más postergaciones.
Asesoraron: Dres Pilar Rubado (MN 154313) Médica Neumonóloga y Pablo Szwarstein (MN 102474) Médico Neumonólogo, Coordinadores de la Sección Enfermedades Ocupacionales de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR). Dra. Gabriela Manonelles (Mp 1969) Médica neumonologa, ex coordinadora de la Sección Enfermedades Ocupacionales AAMR.
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