Actualidad Por: Redacción23 de marzo de 2025

Víctor padece de Parkinson y logró recuperar su fuerza gracias a la rehabilitación

El paciente asegura que el servicio de Rehabilitación del hospital de Lules cambió su vida reintegrándose a sus actividades cotidianas, luego de recibir la ayuda de la kinesiología

Víctor José Miraglia tiene 64 años y sufre de Parkinson, llegó al servicio de rehabilitación ya que había perdido tanto su fuerza que no podía realizar acciones quizás simples para cualquier persona como darse vuelta en su propia cama. Esto llegó a afectarle tanto que luego de 2 meses de su diagnóstico y cumplir el tratamiento con medicamentos, le aconsejaron ir a fisioterapia y eso realmente cambió su vida.

“Mi neuróloga me indicó que debía hacer rehabilitación para volver a recuperar la fuerza, en el hospital fui a fisioterapia, allí me hicieron hacer ejercicios y poco a poco comencé a sentirme mejor, hace 6 meses que vengo de forma regular, maravillosamente logré andar en bicicleta nuevamente y realizar varios deportes”, destacó Víctor.

Además, resaltó la amabilidad con que lo recibieron en el servicio de rehabilitación del hospital de Lules, en donde priorizaron un trato humanizado y empático, considerando su condición médica y llevándolo de forma constante y precisa a su mejoría.

“Mi vida cambió mucho, en el hospital los kinesiólogos me hacen practicar todo tipo de ejercicio, con pelota, bicicleta y cinta, hoy tengo fuerza y creo haberme convertido en otra persona, más allá de lo físico, en lo personal mi mentalidad no es la misma. Antes temblaba y sufría mucho por eso, pensaba que esto era horrible, pero ahora no, lo veo desde otra forma, como un desafío que la vida me presentó y que debo afrontar con la ayuda de todos estos profesionales que me dieron las herramientas para fortalecerme”, aseguró.

Víctor contó que con el correr de las semanas y meses en rehabilitación, logró formar un vínculo de confianza y amistad con los kinesiólogos, a los que consideró personas muy carismáticas y que eso fue lo que le dio ganas de volver, sesión tras sesión.

“El trato que tuvieron conmigo cuando inicié el tratamiento, la paciencia, la dedicación para explicarme detalladamente los procesos por los que voy pasando, son cosas que tienen mucho valor para mí. Es por esto que les recomiendo a todas aquellas personas estén padeciendo algo similar, que vengan a rehabilitación, aquí todo mejora, te dan el aliento que se necesita para seguir, es un carisma totalmente distinto, me hacen sentir muy bien y es por eso que no falté a una sola sesión ya que los siento como mi familia y eso es verdadera vocación de servicio”, expresó.

Según Víctor, su transformación fue tan notoria que su familia y amigos le dicen que es otra persona, totalmente cambiada. “Mis compañeros de futbol en la cancha me dicen que soy otro, ya no pongo excusas para no jugar o no ir, gracias a la rehabilitación logré mi objetivo principal que era jugar al paddle, mi deporte favorito, algo que pensé ya no podría practicar jamás, por todo esto y por el cambio que produjo en mi vida estoy eternamente agradecido a los kinesiólogos, a todo el hospital y a mi neuróloga que me impulsó a venir aquí”, dijo emocionado.

La kinesióloga perteneciente al servicio de Rehabilitación del hospital de Lules, doctora Rosa Eloísa Chávez, detalló que Víctor llegó al servicio muy deprimido ya que le habían diagnosticado la enfermedad de Parkinson y fue el golpe más fuerte de su vida.

“Desde que iniciamos el tratamiento se notó que era un hombre con mucha fuerza de voluntad, el solía realizar mucha actividad física, jugaba al Paddle, salía a andar en bicicleta y luego de ser diagnosticado no podía volver a tener la calidad de vida. Es por esto que primeramente lo que hicimos fue recuperar la parte emocional, mediante charlas tratamos de contenerlo y escuchar sus miedos e inseguridades, a medida que fuimos trabajando psicológicamente con el también preparábamos la parte física, con objetivos a corto y largo plazo a lo que él respondió muy bien y comenzó a salir adelante”, relató Chávez.

Junto a al psicomotricista Alejandro Medina, fueron un equipo que no dejó caer a Víctor y lo vio avanzar hasta su mejoría. Hoy el servicio de rehabilitación de Lules, se siente orgulloso ya que uno de sus pacientes, logró cambiar su mentalidad, sus capacidades físicas y su calidad de vida, gracias a su empeño y a una labor dedicada, sobre todo priorizando un trato humanizado y empático.

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