Rio de Janeiro: Estudio revela que 4 millones de personas tienen armas

Los datos provienen de la nueva edición del Mapa Histórico de Grupos Armados, elaborado por el Grupo de Estudios sobre Nuevas Ilegalidades (GENI/UFF) y el Instituto Fogo Cruzado.

Entre 2007 y 2024, esta superficie creció un 130,4% y la población afectada aumentó un 59,4%.

Según los organizadores del estudio, esto es una señal de que el control armado se está convirtiendo en una parte estructural de la ciudad y responde directamente a las debilidades del Estado.

Los investigadores distinguen entre “control” (cuando hay extracción de recursos, imposición de reglas y aplicación por la fuerza) e “influencia”, una situación de dominio parcial o intermitente.

En 2024, el 14% del área urbanizada y el 29,7% de la población de la región metropolitana vivían bajo el control directo de grupos armados. Otro 4,1% del territorio y el 5,3% de los residentes estaban bajo su influencia. El crecimiento acumulado desde 2007 es del 98,4% en las zonas controladas y del 420,1% en las zonas bajo su influencia.

La serie identifica dos ciclos principales. La "gran expansión" entre 2016 y 2020 coincidió con la quiebra fiscal del estado, el desmantelamiento de las Unidades Policiales Pacificadoras (UPP) y la intervención federal, cuando el área dominada creció un 31,6 % (un incremento de 105,36 km²).

A partir de 2020, el estudio registra una disminución gradual, impulsada principalmente por el debilitamiento de las milicias tras las operaciones del Ministerio Público, las disputas internas y la pérdida de liderazgo. Sin embargo, la disminución es modesta: una reducción del 7,1 % en el área bajo su control o influencia.

Estrategias de poder

El informe también analiza dos estrategias distintas: la colonización, que es la ocupación de áreas aún no dominadas, típica de la expansión de las milicias; y la conquista, caracterizada por la toma violenta de territorios ya controlados, una dinámica más frecuente entre facciones. 

Las zonas de urbanización reciente tienden a ser colonizadas. Las regiones densas y consolidadas son lugares de disputa.

Este es un punto de inflexión en la seguridad pública de Río. Durante casi dos décadas, la principal vía de crecimiento de los grupos armados fue la colonización. El mapa muestra el aumento de las disputas que resultan en la "conquista". El costo social de este cambio de "colonizar" a "conquistar" se siente directamente en la vida cotidiana y la seguridad de quienes viven en estas zonas más pobladas. La población comienza a convivir con más tiroteos, más inseguridad y más miedo, afirma Cecília Olliveira, directora ejecutiva del Instituto Fogo Cruzado.
En 2024, las milicias lideraban en extensión territorial, con el 49,4% del área bajo control armado (201 km²), mientras que la facción criminal Comando Vermelho (CV) controlaba más personas: 1,607 millones, equivalente al 47,2% de la población.

El CV también mantiene la hegemonía en la región Fluminense Oriental (98%) y avanza en la capital, especialmente tras conquistar territorios anteriormente controlados por la facción Amigos dos Amigos (ADA), como Rocinha y Vidigal. La región de la Baixada Fluminense experimenta simultáneamente un rápido crecimiento de las milicias, el CV y ​​el Tercer Comando Puro (TCP), convirtiéndose en una zona de intenso conflicto.

La capital personifica la "ciudad dividida": el 31,6 % de la superficie urbanizada y el 42,4 % de los residentes están bajo el control o la influencia de las milicias en la Zona Oeste, que concentra alrededor del 65 % del territorio urbanizado de la ciudad. Sin embargo, a partir de 2020, el estudio registra una pérdida de territorio por parte de las milicias en la región, lo que allana el camino para el CV, el TCP y los remanentes de la ADA.

En la Zona Norte, las milicias y el CV (Comando Vermelho) se han alternado en la hegemonía territorial, con el CV manteniendo una ligera ventaja en términos de población. En los últimos años, el TCP (Terceiro Comando Puro) ha ganado fuerza en la región, y es una de las zonas más disputadas de la ciudad.

“Logramos identificar patrones de acción mucho más precisos, definidos y sólidos para cada grupo armado en diferentes zonas geográficas. Esto nos permite formular mejores hipótesis sobre la expansión de cada grupo, en el tiempo y el espacio, y también sobre cómo se llevó a cabo en cada momento y lugar”, afirma Daniel Hirata, coordinador de GENI/UFF.

Desigualdades

La desigualdad estructural emerge como el tema central del informe. El ingreso per cápita promedio en las zonas controladas de la región metropolitana es de R$ 1.121, en comparación con R$ 1.658 en las zonas libres. La diferencia es aún mayor en la capital: el ingreso promedio es de R$ 1.267 en las zonas controladas, en comparación con R$ 3.521 en las zonas libres.

En la región metropolitana, la proporción de residentes no blancos (negros, morenos e indígenas) alcanza el 69,1 % en los territorios dominados, en comparación con el 55,2 % en las regiones no controladas. En la Zona Sur y el centro de la ciudad, el contraste es aún mayor: 68,3 % de no blancos en las zonas bajo dominación, frente al 25,9 % en las demás.

Políticas públicas

El Mapa 2025 argumenta que el dominio armado no es una anomalía aislada, sino parte del funcionamiento y la organización de la metrópoli. La estabilidad del CV (Comando Vermelho) y el poder económico de las milicias demuestran que las operaciones policiales tienen un alcance limitado cuando no van acompañadas de políticas continuas para reducir las desigualdades, regular los mercados urbanos y fortalecer las instituciones.

Según los autores, abordar el problema requiere más que acciones de emergencia: exige políticas que ataquen simultáneamente el ingreso, el territorio, el racismo estructural, los mercados urbanos y las propias instituciones encargadas de garantizar los derechos, instituciones que a menudo profundizan, por omisión o complicidad, las desigualdades que sustentan el gobierno armado.

Agencia Brasil