El decreto de ciudadanía de Meloni desata indignación en Sudamérica
El decreto italiano sobre la ciudadanía, que promueve la reforma de las normas limitando la posibilidad de reencontrarse con las propias raíces, ha desatado una ola de críticas en Sudamérica, en particular en Argentina y Brasil, donde se concentran las mayores comunidades fuera de Italia.
En ambos países, las polémicas confiadas a la prensa local y a las redes sociales son cada vez más densas, mientras que los parlamentarios elegidos en las circunscripciones del extranjero tienen opiniones contrapuestas.
Fabio Porta (PD) habla de "una ofensiva del gobierno Meloni contra los italianos en el extranjero" y de un "atropello a la historia de la emigración", con un crescendo de medidas penalizadoras.
Por otra parte, Andrea Di Giuseppe (FdI) destaca que la iniciativa pondrá "fin al negocio de las visas de entrada", recordando que en Sudamérica hay "miles de solicitudes dudosas de ciudadanía".
El diputado italo-argentino Franco Tirelli (Movimento associativo italiani all'estero) se ha comprometido a garantizar que "el nuevo decreto-ley cause el menor daño posible" a las personas de origen italiano.
Los Comités de Italianos en el Exterior (Comites) y los miembros del Consejo General de Italianos en el Exterior (CGIE) en Brasil están en pie de guerra.
Numerosos diputados, desde el noreste hasta el sur del país, firmaron una nota conjunta de "repudio", señalando que la disposición supone "una violación del principio de igualdad".
Desde los Comités de Buenos Aires, Gaia Marchiori (IV), en cambio, subraya que, a pesar de "los problemas críticos relacionados con el descenso demográfico, la sobrecarga de los Consulados y las irregularidades en el acceso a la ciudadanía" es necesario "un enfoque que no cree" disparidades entre los ciudadanos.
En Argentina, donde hay 1,2 millones de registros consulares registrados, se estima que hay un potencial de entre 12 y 20 millones de descendientes afectados por las nuevas disposiciones, mientras que en Brasil se recuerda que hay 30 millones de ellos con orígenes italianos, de los cuales 20 solo en el estado de San Pablo.
Mientras tanto, desde Rosario, a unos 250 kilómetros de Buenos Aires, ciudad con fuerte afluencia de migrantes italianos en el último siglo, Manolo Contini, del partido La Lega de Argentina, difundió en las últimas horas un comunicado en el que llama a rechazar el decreto ley.
"La Asociación Italiana de Sangre invita a firmar la petición digital que será entregada a los parlamentarios en Roma", indica la carta.
Desde el viernes pasado, solo tienen derecho a la doble ciudadanía quienes tengan abuelos nacidos en Italia y, si los solicitantes son menores de edad, solo es viable con los padres nacidos en Italia o con la condición de haber vivido al menos dos años allí.
El Parlamento italiano tiene 60 días para avalar o rechazar la nueva legislación, pero el oficialismo parece contar con los números para dar luz verde a la intención. ANSA
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