Aniversarios

Hace 40 años se dictaba la primera condena contra los responsables de la dictadura genocida en Argentina, en una reafirmación indispensable para la democracia recuperada apenas dos años antes.

Hace 10 años Cristina cerraba su segundo gobierno y el ciclo iniciado con la presidencia de Néstor con un acto multitudinario en el que enumeró los logros alcanzados (video). Fueron más de 40 minutos de un mensaje sentido, profundo; una lista apabullante de logros, de conquistas y, además, con algunas advertencias de lo que podía pasar en adelante. Sin anteojos ni papeles; ni un solo tropiezo; nada de "o sea" o de "digamos".

"La confianza se construye cuando cada argentino, piense como piense, sabe que el que está sentado en el sillón de esta Casa es el que toma las decisiones, y que, cuando lo hace, lo hace en beneficio de las grandes mayorías populares", dijo entonces. Verdades, exhortaciones, y también vaticinios desgraciadamente certeros.

Espanta la actualidad. Hoy, en ese Sillón se sienta un ignoto presidente provisional porque tanto el titular como su Vice andan por el mundo haciendo vaya uno a saber qué. El Ejecutivo está en manos de cipayos arrodillados ante el poder local y transnacional, el Congreso se ha convertido en un reality show de fenómenos, ineptos y/o sospechosos, y la Justicia provee mano de obra dispuesta a amañar el andamiaje legal y constitucional para convalidar la entrega del país, la persecución de opositores y la explotación de los trabajadores.

Hubo momentos en los que nos ilusionamos con la posibilidad de construir un país en serio; hoy se viven horas de decepción, violencia, desorden, injusticia. Porque, a veces, aniversario no es sinónimo de festejo.