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Todos los detalles de la nueva vacuna del Conicet para tratar el cáncer de piel

La vacuna terapéutica Vaccimel comenzó a aplicarse en el Hospital María Curie. Es efectiva en estadios tempranos de melanoma.

Información General27 de noviembre de 2025RedacciónRedacción
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La vacuna Vaccimel, desarrollada por científicos argentinos tras más de tres décadas de trabajo sostenido, ya está disponible en el Hospital de Oncología María Curie. Se trata de un tratamiento terapéutico —no preventivo— diseñado para personas que ya fueron diagnosticadas con melanoma cutáneo en estadios tempranos. Presentada por investigadores del CONICET y producida por el Laboratorio Pablo Cassará, demostró una eficacia del 72,8% en ensayos clínicos, superando los resultados obtenidos por tratamientos convencionales.

“Se aplica a pacientes que ya tienen la enfermedad. Es una estimulación del sistema inmune para generar glóbulos blancos capaces de eliminar las células tumorales”, dijo la investigadora Marcela Barrio, integrante del equipo que desarrolló la vacuna

Este avance es liderado por el doctor José Mordoh, investigador superior del CONICET y jefe del Laboratorio de Cancerología de la Fundación Instituto Leloir. Vaccimel constituye la primera terapia celular de su tipo aprobada en el país para melanomas IIB, IIC y IIIA, es decir, en fases tempranas con riesgos intermedios o altos de recaída.

En este sentido y luego de 30 años de desarrollo, el hito científico consolida el rol estratégico del sistema de investigación pública en la producción de conocimiento biomédico de alcance internacional.

Según lo informado oficialmente, la vacuna se aplica bajo prescripción médica oncológica y únicamente en centros especializados a medida que siga avanzando su producción. Su uso apunta a impedir la progresión de la enfermedad y a reducir las posibilidades de que aparezcan metástasis a distancia, uno de los mayores riesgos asociados al melanoma.

Cómo funciona la vacuna y qué la diferencia de las terapias tradicionales
Vaccimel actúa mediante la estimulación del sistema inmunológico, potenciando la formación y diversidad de linfocitos capaces de reconocer y eliminar células tumorales. A diferencia de los tratamientos habituales —como quimioterapia, radioterapia o anticuerpos monoclonales—, esta vacuna no afecta a las células sanas y se asocia a una calidad de vida superior durante el proceso terapéutico.

Barrio explicó en declaraciones radiales que se trata de un enfoque completamente distinto al de las vacunas preventivas: “Esta vacuna no es preventiva del melanoma, sino terapéutica. Se aplica a pacientes que ya tienen la enfermedad. Es una estimulación del sistema inmune para generar glóbulos blancos capaces de eliminar las células tumorales”.

Barrio subrayó que los tratamientos hoy disponibles para estos estadios tempranos suelen implicar toxicidades importantes, algo especialmente sensible porque muchos pacientes quedan aparentemente libres de tumor tras la cirugía. En ese escenario, una terapia que evite efectos adversos severos es crucial.

En contraste, Vaccimel provoca solo “toxicidad local mínima, sin secuelas permanentes, y puede administrarse de manera complementaria a otros tratamientos sin comprometer la vida cotidiana del paciente”.

Acceso, aplicación y la importancia del apoyo estatal

Desde el Laboratorio Pablo Cassará confirmaron que el Hospital de Oncología María Curie, en la Ciudad de Buenos Aires, será el primer centro habilitado para la aplicación del tratamiento. Allí existe un equipo médico dedicado a evaluar las derivaciones y a incorporar pacientes que cumplan con los criterios clínicos específicos.

Ante dudas o casos, explicó Barrio, los médicos pueden comunicarse directamente con el hospital: “Hay un equipo preparado que está esperando recibir a estos pacientes. Todo el manejo con obras sociales queda a cargo del hospital, que lo justifica ante los servicios de salud”.

“Este es un proyecto de duración en el tiempo de más de 30 años y que necesito un financiamiento constante y eso se fue gracias a la suma de muchas voluntades, y fundamentales, las del Estado. Nosotros somos investigadores del Conicet y ha puesto dinero en nuestros sueldos, en las becas de las personas que participaron, subsidios de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, el Instituto Nacional del Cáncer, todas han sostenido hasta las patentes y las investigaciones actuales”, precisó.

Y completó: “Esto fue desarrollado en el Instituto Leloir. Creo que es importante porque un proyecto de estas características necesita una financiación constante y los pagos nunca alcanzan, por eso es necesario que haya una suma de voluntades y el Estado es fundamental”.

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