
Atlético y el Verdolaga igualaron 2-2 en un partido muy pobre de fútbol pero con constantes idas y vueltas.
En el Día de lxs Bomberxs Voluntarixs, la historia de Luciana Bottone —una vida atravesada por la voluntad, el cansancio y la decisión de estar— revela también el olvido persistente del Estado.
02 de junio de 2025 *Chandei SimoneNi mártir, ni heroína, voluntaria. Luciana Bottone tiene 32 años. Una vida entre turnos, clases, guardias y algunas satisfacciones personales. Trabaja en el Servicio Penitenciario, da clases de Educación Física y es bombera voluntaria. Todo con un solo cuerpo. Consciente de que no vino a ser heroína, sino por una curiosidad metódica.
“Lo que me atrajo fue el conocimiento, la parte técnica. Saber qué hacer en una emergencia. Saber hacerlo bien”, indicó.
Luciana no busca medallas. Se le marcan las ojeras cuando atiende el teléfono mientras entra al cuartel. No viene a demostrar nada. Viene a estar. A poner el cuerpo. Sin épica.
Su rutina no cabe en la palabra rutina. “Arranco temprano con clases, servicio, natación y guardias. A veces, si los tiempos lo permiten, entreno. El cuerpo pide descanso, pero igual voy. Me gusta saber que está todo en orden. Que, si suena la sirena, estoy lista”, sostuvo.
Cuando no hay emergencias, también hay trabajo. Se limpian equipos, se revisan móviles, se cargan tanques. Se entrena, se capacita, se espera.
Se es bombera también en la forma de habitar el espacio. “No siento que sea una segunda familia en general. Tengo vínculos, sí, con quienes compartí la promoción. Nos bancamos. A veces se generan vínculos fuertes y muy lindos, pero no con todos. Y está bien así”, comentó.
El trabajo colectivo no necesita disfrazarse de afecto. A veces basta con el respeto. Con saber que alguien estará ahí si suena la alarma.
Luciana no sintió que haya tenido que demostrar más por ser mujer. Pero no todas corren con la misma suerte. “Todavía hay miradas raras. Ha habido avances, es cierto, pero en algunos lugares una tiene que ganarse el espacio dos veces. No generalizo, pero ojalá deje de verlo”, dijo.
Habla de sus compañeras que son madres. De las que hacen malabares para llegar — a fin de mes — y a las guardias, para no faltar, para que nadie cuestione su presencia.
El voluntariado no florece en tierra fértil. Crece entre la precariedad, las tareas invisibles, los gastos no cubiertos. Crece porque alguien decide seguir, a pesar de.
“Hay mucho desconocimiento. Mucha gente no sabe que existimos dentro de sus propias comunidades. Somos voluntarios, no cobramos. Tenemos nuestras vidas, nuestros trabajos, nuestras angustias”, relató.
En este sentido, explicó que cuando “la gente sabe que nuestro trabajo es voluntario, reconoce el sacrificio y lo que eso implica. Te ven de otra forma, con más comprensión”.
Luciana sabe que algunas emergencias dejan huella. Por suerte, a ella no la marcaron, pero sabe que sucede. Las escenas no siempre se apagan cuando termina el servicio.
Por eso insiste: debería haber un gabinete psicológico profesional dentro del cuartel. Alguien que habilité la escuche.
“Hasta ahora tuvimos talleres de Psicología en la emergencia, pero no son dictados por profesionales de salud mental. Lo que tenemos es la contención de una encargada del área que está en formación. Pero hace falta alguien que vea el fondo. Que nos vea cuando volvemos de los servicios”, destacó.
La vida de Bottone se sostiene en un equilibrio imposible de lograr sin una elección consciente. No busca reconocimiento, pero eso no significa que no lo merezca. “Aprendí a respirar. Cuando aparece el miedo, aprendí a controlarlo con técnicas de respiración, con la experiencia, con mis compañeros”, aseguró.
A su vez, apuntó que “aprendí a conocer a los demás en momentos límites. A ver realidades que antes no conocía. A empatizar, pero también a comprender desde otro lugar.”
Y sí, hay sacrificio. Hay valor. Hay abnegación. Pero no como estandarte. Sino como parte de una elección que debe ser reconocida, cuidada, acompañada. Porque su cuerpo sostiene lo que el Estado no garantiza. Porque su entrega tapa huecos estructurales. Porque hay cientos como ella, haciendo malabares con trabajos, vínculos, miedos y cansancios, para que el sistema no se derrumbe. Y porque, en pleno 2025, hay mujeres que aún deben demostrar y sacrificar el doble para ser reconocidas la mitad.
Luciana Bottone no necesita medallas. Necesita que la vean. Que las veamos.
Lo voluntario no debería ser sinónimo de invisible. Y lo urgente no debería ser excusa para olvidar lo justo.
Día del Bombero Voluntario
Cada 2 de junio se conmemora el Día del Bombero Voluntario en honor a la creación del primer cuerpo bomberil del país, hace 141 años. Particularmente, se trata del reconocimiento a la creación de la Sociedad Italiana de Bomberos Voluntarios de La Boca, en Buenos Aires. El inicio de sus funciones se registró el 2 de junio de 1884, bajo el lema “Querer es poder”.
*Chandei Simone explora la poética del cuerpo a través de la fotografía, la pose, el teatro y la palabra. Es bombera voluntaria, estudia psicología y filosofía —aunque prefiere las preguntas a las respuestas— y escribe para revistas literarias y editoriales independientes. Sus textos se enredan con el erotismo, la identidad y otras formas de desobediencia. No cree en la monogamia. Nunca aprendió a andar en bicicleta —pero sabe caer con gracia.
Por otra parte, el emisario de EE. UU. aseguró que Moscú hizo "algunas concesiones" territoriales con respecto a "cinco regiones" ucranianas, y que Trump y Putin acordaron "sólidas garantías de seguridad" para Ucrania.
43 instituciones académicas advierten que amenaza militar estadounidense compromete la estabilidad regional y mundial.
San Martín y Alvarado no se sacaron diferencias en Tucumán en un cotejo muy aburrido y a un estadio casi vacío.
Aunque los votos nulos y las abstenciones configuran una intensa mayoría lo que lo devuelve a la centralidad política boliviana los comicios se desarrollaron con una tensa jornada. La elección presidencial se encamina a un balotaje histórico el 19 de octubre. Bolivia ya decidió. El senador tarijeño sorprendió al ubicarse primero con el 31,6% de los votos válidos, seguido por Jorge Quiroga (27,1%). Samuel Doria Medina quedó tercero y fuera de un eventual balotaje con el 19,5%.
Se trata de 20 planillas. En todos los casos se supo que las víctimas recibieron fentanilo.