La miniserie británica Adolescencia, estrenada en Netflix en marzo de 2025, ha logrado lo que pocas ficciones consiguen hoy: conmover profundamente a millones de personas, generar reflexión y abrir un debate urgente. Ambientada en un instituto británico, la historia sigue en tiempo real a Jamie Miller, un adolescente acusado de haber asesinado a una compañera de clase.
Pero lo que verdaderamente impacta no es el crimen en sí, sino el universo de violencia emocional, incomprensión y soledad que rodea a los personajes. En redes sociales, cientos de usuarios han confesado terminar la serie llorando, conmovidos por la brutal honestidad del relato y por verse reflejados en situaciones que, lamentablemente, son muy reales.
El bullying, una epidemia silenciosa
En Argentina, el acoso escolar afecta al 70% de niños y adolescentes en algún momento de su vida. El psiquiatra Enrique De Rosa advirtió en una entrevista con Infobae:
“El bullying puede desencadenar trastornos como ansiedad, depresión y, en casos extremos, pensamientos suicidas.”
Fuente: Infobae
La psicoanalista Mónica Toscano subraya la importancia de intervenir antes de que aparezcan los hechos más graves:
“Es fundamental actuar antes de que los hechos sucedan, brindando herramientas de prevención a toda la comunidad educativa.”
Fuente: monicatoscanopreventioninact.com
La pantalla como espejo: emociones que incomodan
La serie está íntegramente filmada en plano secuencia, sin cortes, lo que genera una sensación de tensión constante. Según explicó Cadena SER:
“La cámara no da respiro y convierte al espectador en un testigo incómodo, atrapado entre la culpa, el miedo y el desconcierto.”
Fuente: Cadena SER
Radicalización digital: el nuevo monstruo invisible
Uno de los aspectos más inquietantes de Adolescencia es cómo muestra la influencia de discursos misóginos y violentos a través de redes sociales. La psicóloga Sara Desirée Ruiz comentó en CuerpoMente:
“Muchos adolescentes llegan a estos discursos buscando identidad, pertenencia y respuestas, pero acaban atrapados en discursos de odio que los deshumanizan.”
Fuente: CuerpoMente
Desde el Hospital Británico de Buenos Aires también alertaron:
“El mal uso de las redes sociales deja a los adolescentes vulnerables al acoso y a formas de violencia que no reconocen como tales.”
Fuente: Hospital Británico
Una serie que duele porque es real
La fuerza de Adolescencia radica en su cercanía. Padres que no entienden a sus hijos. Compañeros que miran para otro lado. Profesores desbordados. Una sociedad que reacciona cuando ya es tarde. Lo que muestra la serie no es ciencia ficción: es lo que pasa todos los días, en cualquier escuela.
Por eso conmueve. Porque no es solo la historia de Jamie Miller, es la historia de muchos. De quienes callan por miedo. De quienes no saben cómo pedir ayuda. De los que están ahí, cerca, pero no alcanzan a ver el dolor del otro. Adolescencia duele, incomoda y deja preguntas flotando. Y quizás, por eso mismo, es tan necesaria.