Por: Redacción12 de abril de 2025

Niños y pantallas: cómo encontrar un equilibrio saludable en la era digital

En un mundo hiperconectado, donde las pantallas están en todas partes, la crianza moderna enfrenta un nuevo desafío: ¿cuánto tiempo frente a dispositivos es demasiado para un niño? Y más importante aún, ¿cómo se puede aprovechar la tecnología sin que afecte su desarrollo?

¿Qué dicen los expertos?

Diversos organismos de salud han establecido recomendaciones claras:

Organización Mundial de la Salud (OMS): recomienda evitar cualquier exposición a pantallas en menores de 2 años, y limitar su uso a un máximo de 1 hora diaria entre los 2 y 4 años.

Academia Americana de Pediatría (AAP): desaconseja el uso antes de los 18 meses (salvo videollamadas), y aconseja que entre los 2 y 5 años el uso sea limitado, acompañado por un adulto y con contenido educativo.

Comités europeos (España y otros): recomiendan evitar el uso libre de pantallas hasta los 6 años, y supervisar estrictamente su uso a partir de esa edad.


Más allá del tiempo, la calidad del contenido y la presencia activa de los adultos son factores clave para minimizar riesgos.

Riesgos del uso excesivo

Exponer a niños durante muchas horas a celulares, tablets o TV puede generar:

  • Problemas de sueño (por exposición nocturna a la luz azul)
  • Retrasos en el desarrollo del lenguaje
  • Dificultades en la atención, irritabilidad o bajo rendimiento escolar
  • Aumento del riesgo de obesidad infantil
  • Síntomas de ansiedad, aislamiento y baja autoestima


Investigaciones recientes también vinculan el uso temprano de pantallas con una menor tolerancia a la frustración y una sobreestimulación constante que afecta la capacidad de concentración y regulación emocional.

¿Y los beneficios?

No todo es negativo. Utilizada con criterio, la tecnología puede ser una aliada:

  • Promueve el aprendizaje visual, auditivo y lógico
  • Ofrece acceso a contenidos educativos y culturales
  • Fortalece la comunicación con familiares lejanos mediante videollamadas
  • Introduce de forma temprana competencias digitales básicas

La clave está en el uso consciente, acompañado y adaptado a la edad.

¿Qué pueden hacer madres, padres y cuidadores?

Establecer horarios y zonas libres de pantallas (como durante las comidas o antes de dormir)

Priorizar el juego libre, el movimiento y la interacción cara a cara

Seleccionar contenidos apropiados y verlos junto al niño

Dar el ejemplo con un uso adulto equilibrado del celular o TV

Fomentar conversaciones sobre lo que se ve en pantalla: qué pasa, qué sienten, qué piensa.

Cuando una pantalla reemplaza un abrazo

En la vorágine diaria, una tablet puede parecer la solución fácil. Pero cada minuto frente a una pantalla es también un minuto que no ocurre en el mundo real: sin cuerpo, sin tacto, sin voz humana.

No se trata de prohibir, sino de habitar el presente con ellos. Porque las pantallas enseñan, sí, pero nosotros les damos el mundo.